viernes, 9 de octubre de 2015

BRAZILIAN LOVE AFFAIR (George Duke, 1980)



Empiezas a escuchar y se van presentando, casualmente, a través de otros hasta crear un entrelazado interminable donde se anudan los lugares, los personajes, las músicas... cada uno llevamos esta maraña de una manera, de forma propia, exclusiva y casual. Me he liado. Lo aclaro: Con 15 años Juan se compra el disco Minute by Minute de los Dooby Brothers (se lo ha recomendado un primo mayor) y en una primera escucha le llama la atención el cantante de la canción What a Fool Believes, su voz aterciopelada y preciosa... averigua que se llama Michael McDonald (fabuloso cantante que le puso los pelos de punta a Juan), momentáneamente se queda la cosa así. Un día con 16 años y 3 meses escucha en un garito nocturno de Sitges una música que le gusta (pelos de punta, grandiosa música) y le pregunta al guapo pinchadiscos y este le comenta que es Steely Dan. A los días se compra el disco The Royal Scam (la carátula le impacta de lo fea que es) y en este álbum se topa de nuevo con Michael McDonal (le reconoce, este reencuentro le encanta, le pone), le llama la atención un solo de guitarra y lee que es de Larry Carlton. Paseando, entra a ver discos (Juan ya tiene 17 y medio) y se compra el único que hay en la tienda en el que aparece Carlton, descubre en este (disco) a Joni Mitchell (grande), en el disco de Mitchell le llama la atención el Saxofonista, se compra el Nefertiti de Miles Davis en el que toca Wayne Shorter (el saxo que tocaba en el disco de Joni Mitchell), descubre a Miles. Se regala como regalo de cumpleaños, el día de sus 20, el Tutu de Miles y descubre a George Duke... Incluso de los pocos discos que descubrió Juan hasta sus 20 habría podido darle más vueltas y buscar más caminos, abrir nuevas sendas. De todas maneras lo interesante es que al final Juan se hizo fan o como mínimo conocedor, que no es poco, de la música de los Doobie Brothers, de McDonald, de Steely Dan, de Larry Carlton, de Joni Mitchel, de Shorter, de Miles Davis y de George Duke. Este es su entrelazado particular, exclusivo y casual, donde aparecen unos lugares con sus personajes y tus músicas.
Georege Duke entró en mi entrelazado de distintas maneras, la primera fue a través de Stanley Clarke, cuando empecé a tocar el bajo yo era muy fan de Clarke. A tiempo (poco) me grabaron en una andorrana cinta Maxell de cromo el disco titulado Brazilian Love Affair (este me lo grabó Agustín Charles, calculo que sería en 1981). A los años lo llegué a ver en directo en el festival de jazz de Andorra, ahí descubrí su humor y su falsete (del George Duke). Un día en una tienda del tubo de Zaragoza me compré un disco donde él tocaba standars de jazz a trío con piano acústico, era un crío (él), me sorprendió, todo lo que había oído de él se alejaba bastante de lo que se puede enclavar en el jazz ortodoxo, pero está claro que era un gran conocedor de este lenguaje aunque su música fue por otros derroteros. También intervino en el álbum Tutu de Miles Davis. En la puerta de mi habitación tenía un póster publicitario de bajos Ibanez donde el protagonista era Alphonso Johnson, nunca lo había oído tocar (al Alphonso, puto crío de 16 ó 17) pero me gustaba la foto, esta foto publicitaria me llevó a escuchar el primer disco de Phil Collins (ya que Alphonso Johnson tocaba en él, este disco se ha vuelto a editar estos días, con alguna toma inédita en directo...) y a comprarme un disco en directo donde aparecía Alphonso y casualmente también estaba George Duke (en esta ocasión colíder junto a Billy Cobham), en este álbum en directo descubrí a John Scofiel, pero esta es otra historia de la cual hablaré en otro momento. También recuerdo con cariño aquellos viajes de aquella gira que tocaba junto a Diego Martínez de Pisón, David Gómez, Iñaki Askunze y Coco Fernández, en la furgoneta había un aparato de música que iba con cintas, al segundo viaje me traje la famosa Maxell (que 14 ó 15 años después aún conservaba) con la grabación de Brazilian Love Affair , Coco Fernández se declaró fan de aquella música, que al igual que a mí, en algún momento se entrelazó a su vida. Desde aquel momento siempre he visto un parecido entre Coco y George, no puedo evitarlo, siempre que reescucho a George Duke recuerdo a Coco Fernández y siempre que veía tocar a Coco me recordaba a Gerorge. Lugares, personajes y músicas. El entrelazado sigue creciendo.


No he podido escribir menos. Lo siento.

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